No hay discusión posible sobre el derecho a la libertad de expresión e información. Actualmente en Venezuela, uno de los problemas más graves está constituido por agresiones, amenazas, y persecusiones a los medios y periodistas.
Ejercer la profesión de periodista en Venezuela se ha convertido en una actividad riesgosa, porque esta es blanco de hostigamiento por parte de las autoridades .
Ya es cotidiano observar que existe censura previa; así como la práctica de la autocensura por parte de medios y profesionales de la comunicación.
Las restricciones a la libertad de expresión son parte de la cotidianidad. Esta busca que la ciudadana solo conozca la versión oficial de los hechos, dejando a un lado a los medios independientes.
No solo hay una violación directa a las libertades; además el gobierno restringe el derecho de expresión por medios indirectos, como por ejemplo el control sobre el papel periódico y de las permisologías para las frecuencias radioléctricas.
Los periodistas somos la voz de la denuncia y por más intentos de silenciarnos, la verdad siempre será conocida. Informar es una obligación, no un delito.