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lunes, 9 de julio de 2018

Los medios de comunicación y la actual coyuntura.


Los medios de comunicación, no solo deben informar y educar, también son un mecanismo contralor de las actuaciones de los gobiernos y para ello deben existir garantías de acceso a la información pública.  Sin embargo, hay que reconocer que en el camino surgen desviaciones que afectan no solo la credibilidad de los medios sino a la democracia misma.

Juan Benavides Delgado, Profesor de la Universidad Complutense de Madrid, en su trabajo “Los medios de comunicación en la actual coyuntura. La necesidad de rectificar”, destaca que los medios hace 3 décadas tenían  “una forma muy clara y específica de definirse y representarse y lo hacían a través de conceptos como el de neutralidad, independencia o el de ser simples canales de distribución de la información”. Añade además que hoy día no cabe hablar de neutralidad ni independencia porque todo depende de la interacción que dichos medios establezcan con otras organizaciones.

Hay una realidad incuestionable, los medios dentro del contexto actual, han desarrollado un conjunto de relaciones  de tipo política o económica, que afectan la credibilidad y transparencia. Sin embargo, no puede plantearse la tesis de la neutralidad, imparcialidad u objetividad como condición obligatoria en el manejo periodístico y noticioso, esto porque el ser humano no es objetivo por naturaleza, posee sentimientos, afectos políticos y sociales entre otros.

Señala Benavides la neutralidad e independencia, es decir, el mismo modelo  que rigió el ejercicio periodístico hasta hace poco y denominado paradigma de la responsabilidad social, desarrollado en Estados Unidos a finales de la década de los 50 y entrado los 60 luego del fenecimiento del modelo liberal preponderante en el siglo XIX. 

Aquel modelo reivindicaba la independencia frente a los gobiernos, la separación de la publicidad de la información y la opinión de las noticias. Pregonaba la objetividad, imparcialidad  y veracidad como elemento fundamental. Según este criterio, al público hay que servirle hechos puros, sin que en la noticia aparezca ningún elemento obtenido de la opinión, pareceres o sentimientos del periodista.

El ser humano no es una máquina, por ende el periodista no puede ser objetivo, ni imparcial, en todo caso está obligado a  ser equilibrado. En la sociedad contemporánea en la que vivimos, el lector, público o usuario exige no la simple narración fría de un suceso, sino requiere ayuda para interpretarlo y entender los hechos, esa es la labor del periodista.

 En una conferencia dictada en Caracas  por el periodista Daniel Santoro, organizada en el año 2008 por el Programa para el fortalecimiento del Periodismo del Centro Carter en Venezuela, hace referencia a una entrevista efectuada a Ryszard Kapuscinski   por el Comunicador argentino Horacio Verbitsky. Según el comunicador Polaco hay una farsa interpretación de  la objetividad, ya que esta  fue creada de otra raíz que establecía que el periodismo tenía que ser objetivo frente a los poderes judiciales y ejecutivos, pero nunca se pensó en la objetividad frente a la injusticia, en la objetividad frente a los males de la sociedad, frente a las dictaduras o la tortura, eso era inhumano y entonces el término no era aplicable en dichas situaciones.

¿Cómo ser objetivo o imparcial frente al atropello del estado?  ¿Objetivo frente a violaciones de los derechos humanos? En definitiva es discutible el planteamiento  sobre la neutralidad como el deber ser de los medios.

Con relación al análisis de Benavides sobre los recursos usados por los medios, legitimidad, transparencia y juego de lenguaje para transmitir la información, debemos señalar que la función periodística va más allá de la búsqueda, procesamiento y difusión de la información. Hay una responsabilidad pública porque el periodismo está investido del poder que da la información, como de su capacidad para promover el ejercicio de la ciudadanía. La noticia como género comparte con la educación la función de difusión y consolidación de valores, tradiciones y cultura.

Cuando los medios difunden unos hechos y desechan otros de acuerdo a criterios noticiosos y prominencia social, el periodismo está asumiendo una función delegada por el colectivo social, por lo que ofrecen el hoy, el presente en informaciones que alimentan la agenda pública. Si bien los medios son formadores de opinión pública, también son formados por esta, lo cual implica una interrelación entre medios, estado, políticos y ciudadanía.

Al señalar la función delegada por la sociedad, me refiero a que esta ha otorgado a los medios la función de buscar y enviarle información de distintos aspectos: económicos, sociales, políticos, que individualmente serían de difícil obtención.

Los valores y principios que guiaron al periodismo en las últimas 3 décadas del siglo pasado atraviesan un proceso de revisión.  La aparición de la web ha generado una difusión y divulgación de conocimiento, información y entretenimiento nunca visto. La circulación noticiosa o informativa encuentra un nicho importante en los blogs y redes sociales y los medios de comunicación tradicionales han perdido el monopolio de la información.

 Los propios usuarios son generadores de contenido, ya el lector o las anteriormente llamadas audiencias responden, participan, rehacen y comparten la información, lo que contrasta con el viejo periodismo donde el destinario del mensaje era pasivo, sin poder expresarse ante esos medios.  Esto de alguna manera obliga a una reingeniería del proceso comunicacional y el manejo de los mass media.

 Según Humanes y Ortega (2000:53), los medios, inmersos en la actividad comercial y de espectacularización noticiosa, particularmente los medios radioeléctricos, han transformado el escenario público “en una esfera en la que lo público se ha apropiado de la notoriedad mediática puesta al servicio de intereses privados”

Este argumento coincide en gran parte con los planteamientos de Benavides, en todo caso es una visión crítica de los medios, donde destaca que la transparencia y equilibrio se ven comprometidos por los intereses particulares de algunos sectores.

La afirmación de Humanes y Ortega  es delicada, porque supone el abandono de la ética profesional en el ejercicio periodístico y plegarse a lo que algunos teóricos han llamado “infoentretenimiento”, que no es otra cosa que la generación  de nuevas expectativas (dentro de un contexto de trivialización de la información) para amplios sectores de la población, según Martini (2000:20), caracterizados por escasa credibilidad en las instituciones y que además atraviesan problemas sociales graves como el desempleo, carencia de viviendas salubres, inseguridad, entre otros.

En medio de la crisis política e institucional, los medios corren el riesgo de direccionarse hacia estereotipos de la vida pública, así como a desempeñar papeles que no corresponden, como por ejemplo pasar a formar parte de la actoría política, lo que también implica un peligro para el sostenimiento de las democracias.

A pesar de las  razonadas críticas hacia los medios, la información vía Mass Media está unida a la transmisión de la cultura y el conocimiento, además que es factor fundamental en el levantamiento del muro de los valores democráticos.  Por ello el periodismo como profesión dedicada al manejo y difusión informativa es un actor primordial en el ejercicio del derecho a la información.

El periodista colombiano Javier Darío Restrepo (1995), coincide con  Benavides cuando señala a los medios como servicio público. En el caso de Restrepo este indica que esa adopción es necesaria  para evitar que la política partidista conlleve en mercadotecnia electoral y se le restituya al debate político la dignidad que éste debería tener en las sociedades democráticas. Benavides lo analiza desde la perspectiva de “espacios para la comunicación que se desenvuelve y contribuye a construir interactivamente espacios para la comunicación entre personas, instituciones y empresas”.

Un elemento importante es el proceso educativo, específicamente las universidades. Debe surgir una transformación en las aulas que garantice un espíritu crítico, así como con una visión comprometida con el quehacer diario del ciudadano. No solo es la capacitación en el área profesional, no es profesionalización tecnológica,   se trata de preparar ciudadanía para el cambio, la convicción en la democracia como sistema de gobierno.

Lo que está amenazado no son los partidos políticos sino la democracia misma. Hay que darle prioridad a la educación, enseñar a pensar” (Pasquali, 1995:83)

Se hace necesaria una rectificación de los medios, pero para lograrlo se requiere la participación activa del periodista, para recuperar el prestigio y la credibilidad de los medios de comunicación. Para ello es necesario retomar la bandera de la búsqueda de la verdad, la pluralidad y la clara convicción de que la primera obligación del comunicador es con la sociedad y no con los dueños de los medios, ni empresas o gobiernos.


alfredoed@gmail.com
edgar.cardenas@redigitaltv.net
twiter: @edgarcardenasp







Referencias

Humanes, María Luisa y Ortega, Félix (2000. Algo más que periodistas. Sociología de una profesión. Barcelona: Editorial Ariel.

Martini,Stella(2000). Periodismo, noticia y noticiabilidad. Colombia:Editorial Norma

Pasquali,Antonio(1995) El Caso Italia. En Impacto de los medios de Comunicación Social en los procesos políticos.Caracas. Fundación Konrad Adenauer y ODCA.

Restrepo, Javier Darío (1995). El Caso Colombia. En Impacto de los medios de Comunicación Social en los procesos políticos. Caracas. Fundación Konrad Adenauer y ODCA.




martes, 19 de julio de 2011

LA OPINIÓN PÚBLICA.

Los medios de comunicación poseen una gran responsabilidad en la formación de opinión pública como elemento de la democracia, teniendo en cuenta que son instrumentos de información que no deberían proteger intereses e ideologías asumidas como propias o “verdaderas” dentro de un Estado de derecho.

            El  abordaje y la orientación de la información, así como la crítica de la tarea política y social del Estado, inciden en la credibilidad que la ciudadanía tenga frente al sistema democrático, por ello , sobre la base que los valores democráticos no existen por sí solos sino que deben identificarse y trabajarse, es  importante reflexionar sobre el rol que cumplen los medios y los periodistas en su construcción, en la medida en que todos los ciudadanos y con mayor razón los profesionales de la comunicación debemos esforzarnos en practicarlos.


Opinión Pública.
Definir o conceptualizar el término Opinión pública es tarea difícil, sin embargo es fundamental aclararlo. Resulta imposible el buen desempeño periodístico sin un manejo preciso del concepto.

            En primer lugar es necesario considerar los términos público y opinión por separado. Según la Real Academia Española se define como público al “conjunto de personas que participan de unas mismas aficiones o con preferencia concurren a un determinado lugar” . Pero público puede ser también aquello que es de dominio de la mayoría, en todo caso nos interesa  ubicar el término en el contexto correcto: un grupo de personas con identificaciones en común, que pueden ser conocimientos, experiencias recuerdos inclusive condiciones de vida y sujetos a un proceso comunicacional.

  Según K Young, “una opinión es una creencia bastante fuerte o mas intensa que una mera noción o impresión, pero menos fuerte que un conocimiento positivo basado sobre pruebas completas o adecuadas”

            Según Platón, la opinión  es el punto intermedio entre conocimiento e ignorancia. La opinión implica  una actitud personal ante los hechos o sucesos y se puede definir como la posición que mantiene un individuo respecto a hechos sucedidos en el mundo real.

            Cuando la opinión proviene del público, a través de un proceso, entonces nos referimos a opinión pública, esta se deduce de un público unido por unos mismos intereses.  Es importante destacar que la opinión pública es dinámica y variable, además sujeta a los hechos y sus consecuencias.

            “La opinión pública no es algo estático, sino algo sujeto a transformación, a la alteración en el transcurso de la historia. Esa es la primera inducción; la segunda: la opinión pública cambia y se modifica con otros factores, está influida por diferentes elementos y las interrelaciones que existen entre ellos; por consiguiente, la opinión pública es siempre descriptible y comprensible como función de una conjunto de factores interrelacionados(…)No hay opinión pública sin seres humanos, grupos y organizaciones sociales; la opinión pública tiene que ver con factores políticos(…)no se puede separar de las instituciones y productos de medio, vale decir, de editoriales, radiodifusoras y estaciones de televisión, por un lado, y de programas que divulgan por otro(…)La opinión pública tampoco es imaginable sin la comunicación total(…)La opinión pública es el producto de un proceso transformativo de información(…)La información como base de la opinión pública es una cosa, la opinión pública que resulta de la transformación(…)es otra cosa distinta”.  Rivasdeneira Prada (Citado en Utrera,2005:90)

            El mencionado concepto aglutina la posición de distintos autores, y de forma acertada incluye aspectos fundamentales que nos aportan claridad sobre el tema.
           
        “La opinión pública puede significar una instancia crítica en relación a la notoriedad pública del ejercicio del poder político y social o una instancia receptiva de personas,instituciones,bienes de consumo y programas” . Habermas Jûrgen( Citado en Abreu, 1997:33)
            Con los anteriores conceptos comprendemos la opinión pública como un proceso netamente social, donde inicialmente existen juicios individuales que se transforman en un resultado colectivo y uniforme a través de los procesos de información que atañen directamente a los individuos que constituyen la sociedad.

Breve descripción histórica de la Opinión Pública
Antiguamente la opinión pública se limitaba al intercambio de ideas entre personas consideradas notables, no existía el diálogo sobre asuntos públicos.

Es en la Grecia antigua donde se comienzan  a evaluar las formas de gobierno más convenientes y se reflejarán las intranquilidades entre las minorías, apoyo del poder político, y las mayorías, sujetas a las decisiones de los anteriores. Dentro de las consideraciones sobre los mejores sistemas de gobierno, hay coincidencia en la  de las distintas valoraciones de los filósofos sobre los mejores sistemas de gobierno, casi todos convienen en la inhabilitación del pueblo para gobernar. La Edad Media, se caracteriza por una sociedad regida por un orden que proviene de Dios. Será a partir de las revoluciones burguesas y de la alianza entre el pueblo y la burguesía cuando las clases populares comenzaran a sentirse un sujeto político activo.
No obstante, esta nueva etapa de la historia y la Revolución industrial comportarán una nueva dominación, la de los burgueses, propietarios del capital, sobre los proletarios, propietarios del trabajo. En esta sociedad, democrática en teoría, los hombres discutirán, opinarán y crearán grandes corrientes de opinión. La palabra se situará en el primer plano de la vida pública. Este nuevo mundo burgués, que también lo es de las masas y de los públicos, se conformará a través de la comunicación social establecida como institución y servida por unas mediaciones técnicas de gran alcance y potencia. Esta sociedad, en la que las masas tendrán una importancia significativa, poseerá la prensa, en un primer momento, y luego los medios audiovisuales como grandes instrumentos creadores de opinión pública y de públicos opinantes. Estas nuevas clases populares jugarán un cierto papel en la vida política del país.

Posteriormente, ya se definía la opinión pública  como la opinión "del pueblo" Ya durante el Siglo XVIII del Imperio Español el término se refiere a opinión de la gente, opinión de las multitudes, que generalmente se materializaba en una reunión de carácter masivo.  Es a finales del siglo cuando producto del desarrollo de la corriente del pensamiento Liberal comienza a funcionar como herramienta de dirección y control de los gobernantes.
El liberalismo desarrollo la tesis de que  los ciudadanos, participantes de la política, representaban la auténtica opinión pública, que se transmitía haciendo uso de las libertades naturales y con limitación al Ejecutivo a través de la responsabilidad moral.

Posteriormente lo que podemos denominar como liberalismo moderado, transformó el concepto estableciendo relación con los "ciudadanos instruidos", y diferenciando entre la opinión legal expresada por el Parlamento y natural derivada de los ciudadanos. Una opinión que sólo podía manifestarse a través de medios jurídicos reglados: la libertad de prensa, el derecho de petición y el sufragio. Esto, por un lado, la restringió: el número de ciudadanos instruidos era muy bajo; y por el otro la extendió: para ser instruido no era requisito ser noble o miembro de las clases gobernantes.

Ya en la etapa moderna, en el siglo de la consolidación de la democracia como modelo de bienestar, se ratifica la importancia de la opinión pública como ente crítico  y de aporte para la conducción política desde la perspectiva del poder.

Perspectivas teóricas para el estudio de la Opinión Pública.
Perspectiva política-valorativa o diálogo democrático
Su máximo exponente es  el Alemán Jürgen Habermas , se fundamenta en que la Opinión Pública tiene  relación con el acontecer o hechos de carácter político entre gobernantes y gobernados, los derechos de la ciudadanía, el diálogo de contenido político y la forma de legitimación proveniente del pueblo.

Particularmente Habermas piensa que la Opinión Pública es un  asunto de ética y diferencia una opinión pública real  donde hay garantías para la crítica del estado democrático  y una opinión pública  manipulada, que relaciona con las encuestas y sondeos.

Perspectiva antropológica o mecanismo psicosocial
Según esta perspectiva la Opinión Pública es un hecho netamente social, basado en las conductas y actitudes del colectivo sobre cualquier tema de interés  identificados más con tradiciones, experiencias, valores que a posiciones racionales. Estudia la opinión pública como Un modo de control social en la que los individuos adecúan su comportamiento a las formas predominantes sobre lo que es o no aceptable. La Teoría de la Espiral del Silencio se diferencia de la teoría habermasiana en que esta última se basa en aspectos racionales mientras que la primera se fundamenta en que son los aspectos emocionales los que mueven al ser humano. La principal exponente de esta teoría es Elisabeth Noelle-Neumann.

Perspectiva sociopolítica funcionalista o haz de luz
Esta Perspectiva teórica acepta a la Opinión Pública como un proceso social de interacción, pero le añade funciones políticas que según su creador  Niklas Luhmann  la identifican como un espejo o ‘haz de luz’.
Ese haz de luz concentra la atención en un escenario en particular y la convierte de acuerdo a los hechos o sucesos  en fundamento  para la democracia.

Conceptos vinculados a la Opinión Pública
            Trataremos algunos conceptos básicos relacionados con la Opinión pública.
1.    
          Opinión. Podemos definir el término como conjunto de creencias, juicios de valor, conceptos y posiciones que tiene una persona sobre un asunto determinado, generalmente de carácter público. (Dragnic,1994:196)

2.    Clima de opinión. Son el conjunto de  cambios de percepción colectiva que se pueda tener sobre determinado tema público.

El clima de opinión, tiene relación directa con hechos o declaraciones públicas y
Sus contenidos. El clima de opinión  refleja los aspectos de la influencia de la opinión en determinado momento. Algunos autores estudian el clima de opinión como uno de los estados posibles en los que puede encontrarse la opinión pública.   Partiendo de esta precisión, existen cinco estados de la opinión pública: opinión pública matriz o clima de opinión, opinión pública latente, opinión pública activada, opinión pública manifiesta y opinión pública eficaz.
3.    Grupo. Conjunto de individuos. Dicho conjunto  comparte determinadas  normas relacionadas a ciertas cosas y aspectos de interés.
4.    InformaciónEn términos generales se refiere a datos, sucesos, acontecimientos, conocimientos que son transmitidos en un grupo social. Suele existir una confusión entre información y comunicación, tratándola como sinónimos. De acuerdo a pascuali, la información es un proceso donde el retorno no mecánico es inexistente, mientras que la comunicación es totalmente recíproca entre los intervinientes(Pascuali,1979:50)
5.    Derecho a la información.  Este derecho está comprendido dentro del derecho a la libertad de expresión. La corte Interamericana de Derechos Humanos consagra en el artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos el derecho a la libertad de pensamiento y expresión. Esto significa  la garantía de libertad para buscar, recibir y transmitir informaciones de toda índole.
6.    Líder de opinión. Es un individuo que con su imagen ejerce una influencia sobre otros. No necesariamente es un líder en sentido estricto, sino puede ser un experto sobre determinado tema.  Puede ser líder de opinión por su experiencia profesional, experiencia política, conocimiento, su acción destacada en el campo público.
7.    Estado. El concepto de Estado está integrado por tres elementos fundamentales: el pueblo, el poder y el territorio.  Es una Unidad Política-administrativa que rige un territorio  y tutela sus habitantes bajo su autoridad.
8.    Elite. Grupo minoritario dentro de una sociedad que tiene un estatus superior al resto de integrantes de la misma. Estas elites que son obviamente parte y muy identificables dentro de cualquier comunidad, será por las cuales pasará buena parte de las importantísimas decisiones o políticas que a veces se deben implementar en un país para salir de una crisis o para evolucionar, por ejemplo y según corresponda en cada caso en particular. Dentro de una misma sociedad es común que sobresalgan e interactúen varias elites al mismo tiempo, obviamente y siempre y cuando sus intereses no se contrapongan, teniendo que definirse para una sola el lugar. Así nos podremos encontrar con elites artísticas, económicas, militares, políticas y científicas, entre otras y obviamente cada una de estas irá defendiendo y sosteniendo sus propias ideas, planes, estrategias al respecto de lo que las ocupa.
9.    Estereotipo. En sentido amplio, reducción simplificadora de una experiencia, de una opinión, de un juicio. Se trata de creencias basadas en conocimientos incompletos y que son aceptadas como válidas por un grupo social. (Dragnic,1994:99)
10.   Prejuicio.  Es un Juicio u opinión, generalmente negativo, que se forma inmotivadamente de antemano y sin el conocimiento necesario.
11. Propaganda. Es la acción cuya finalidad es obtener identificación o aprobación de la población hacia una ideología en particular.
12. Relaciones públicas.  Es el conjunto de método y procedimientos a través de los cuales se transmite a la opinión pública una imagen positiva del ente para el cual se desarrolla la labor.
13. Manipulación. Según Dragnic,es una intervención arbitraria en el manejo informativo

Medios de Comunicación, poder y Opinión Pública
Hablar de medios masivos de comunicación supone obviamente que su existencia se explica en función de una voz que expresa un sentir compartido por integrantes de una sociedad, es decir en función de la opinión pública que se forma a partir de impresiones, apreciaciones, conversaciones, comentarios discusiones y análisis sobre todo lo que ocurre en la esfera pública.

Ya en relación con la democracia, para que ésta funcione adecuadamente es necesario que esa opinión pública esté informada de manera real, veraz pluralista y objetiva, con el fin de que los ciudadanos puedan tomar decisiones a partir de esa información. De allí que Giovanni Sartori  hable de la democracia como un “gobierno de opinión” y subraye que mientras más debidamente informada esté la opinión pública, más oportunidad habrá de tener un gobierno democrático. (Sartori, 1998)

 “La relación entre democracia y opinión pública guarda tan estrecha vinculación, que permite afirmar que la democracia pierde vida sin medios de comunicación y comunicadores democráticos, y que los medios de comunicación y comunicadores democráticos pierden vida sin la democracia”.(Stein Jose,2005:97 )

Si bien la opinión pública puede girar sobre los más diversos aspectos de la vida de una sociedad, en la práctica son los medios de comunicación masiva los que determinan el proceso de formación y expresión de esa opinión, en la medida en que contribuyen a fijar los límites de la discusión pública a través de la selección de los asuntos que ameritan atención colectiva. En otras palabras, resulta casi inevitable que la agenda de la sociedad sea la que establecen los medios y en consecuencia las decisiones de la gente giren en torno a los temas tratados por ellos. Al respecto Enrique Sánchez Ruiz afirma que “… los medios no solamente proponen el tema, sino que también suelen ofrecer un cierto marco interpretativo, que a su vez tiene influencia en el proceso de recepción y apropiación de los mensajes”(Sanchez,2007 :83)

En este ámbito salta a la vista que quienes seleccionan los temas, fijan las agendas y manejan la comunicación política a través de los enfoques, tienen una enorme responsabilidad y juegan un papel determinante en la formación democrática de la opinión pública y por ello su labor debe estar fundamentada en los valores que garanticen la supervivencia del sistema democrático.

A este respecto José Zepeda Varas, director del Departamento Latinoamericano de Radio Nederland en su ensayo El Derecho a  la Comunicación (Revista Latinoamericana de comunicación, 2007)  recuerda que nunca antes la responsabilidad de los comunicadores ha sido más formidable y exigente y citando a Joaquín Brunner, precisa que “una información política unilateral, sesgada, superficial o puramente retórica crea una opinión pública mal informada y reduce la relación entre gobernantes y gobernados a una apariencia, sin incidencia en el curso de las políticas”.

La opinión pública está conformada por ideas, expresiones del conglomerado, pero ¿cómo los ciudadanos pueden expresarse de forma que puedan conocerse sus ideas? ¿A través de los medios? Aquí surge una contradicción: los medios son el mecanismo de estructuración de la opinión pública, esta debe contener visiones y opiniones de todos los sectores. Ahora, siendo el medio ese factor, ¿otorgan espacio a quienes tengan ideas u opiniones distintas a la línea editorial del medio o a la información del momento? 

Por otro lado el poder político hace el mayor esfuerzo en censurar y vulnerar las libertades de información y opinión con miras a que la opinión pública desconozca las desviaciones  en los asuntos de gobierno 

Los medios como responsables de influenciar la opinión pública deben esforzarse en divulgar los valores y principios de la Democracia y actuar con fortaleza frente a los atentados contra de ella.

Es obligación de los medios independientemente de su posición política, no defender solo una óptica de asuntos de interés para la sociedad. Dentro del juego democrático deben convertirse en moderadores y no actores, garantizando facilidad de acceso e información veraz y oportuna.

“Ya en relación con la democracia, para que ésta funcione adecuadamente es necesario que esa opinión pública esté informada de manera real, veraz, pluralista y objetiva, con el fin de que los ciudadanos puedan tomar decisiones a partir de esa información.”   (PNUD,2005)

Nunca la esfera pública debe quedar desinformada  sobre las desviaciones del gobierno, o por lo menos poco  informada de las situaciones, por que entonces no podrá hacerse eco de lo desconocido, lo cual sería manejado  solo por quien padeciera  directamente los efectos de la desviación gubernamental.

En el caso de Venezuela, si los medios independientes no presentan de forma oportuna, veraz y real las distintas actuaciones del gobierno actual, que perjudican a la población en su conjunto y por lo contrario se autocensuran, generaría una desinformación que se traduciría en un desconocimiento en el campo público lo que sería aprovechado por los medios oficiales para desarrollar una campaña informativa sesgada que en definitiva generaría una opinión pública distinta a las realidad.

            Nos  dice Gabriel Salazar: “la memoria oficial comienza a convertirse en una función perversa que contamina todas las dimensiones de la vida pública y a menudo de la privada: la política, la intercomunicación masiva, la educación, la legislación, la justicia, la cultura, la convivencia, etc(…) De legitimación saneada” (Salazar,2002)

            Frente a la afirmación de Salazar con relación a esa memoria oficial, surge la memoria social, la del colectivo, la de la opinión pública, aquella que con las herramientas necesarias como la verdad , se constituye en la suma del pensamiento individual generando un sentimiento colectivo que genere el irrumpimiento de grupos que amparados por la verdad y la justicia difunden el contenido de la memoria social.

Si la opinión pública, informada oportuna y verazmente censura o desaprueba la gestión de un gobierno, la política comercial de una empresa o la actuación de quienes tengan relación con toda la esfera social como generadores de bienes, servicios, o de atención pública, el resultado por lo general se traduce en un cambio de las acciones o actitudes censuradas, o por lo menos en el surgimiento de factores de lucha por lograr los cambios que la sociedad aspira.

















REFERENCIAS.
Abreu,Ivàn. El Estudio de la Opinión Pública. Editorial Vadell Hermanos. Caracas,1999
Dragnic, de Alvarez Olga. Diccionario de la Comunicación Social. Editorial PANAPO,Caracas,1994
Escuela virtual PNUD. La opinión Pública, valores democráticos y medios de comunicación. Curso en democracia y medios. Bogotà, 2009
Gómez, Aníbal . Opinión pública y medio de difusión, CIESPAL, Ecuador,1982
Pascuali,Antonio.Comprender la Comunicación.Monte Avila Editores. Caracas.1979
Revista Latinoamericana de Comunicación Chasqui. Nº 100. Noviembre 2007. Quito  
Salazar, Gabriel. Función perversa de la ‘memoria oficial’, función histórica de la memoria social”.¿Cómo orientar los procesos auto-educativos?. (Chile,1990-2002). Apuntes curso Memoria social: historia social, conflictos en Chile, Universidad de Chile.2002
Sánchez Ruiz Enrique. Medios de Comunicación y Democracia, Enciclopedia Latinoamericana de sociocultura y comunicación,Grupo Editorial Norma, 2007
.
Sartori, Giovanni. Homo Videns. La Sociedad Teledirigida. México. Taurus, 1998
Stein Velasco, José Luis F. Democracia y Medios de Comunicación. Universidad Nacional Autónoma de México, 2005
Utrera, Orlando. El Periodismo Institucional Bajo la Mira. Imprenta Nacional.Caracas,2005

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